La reanimación cardiopulmonar o reanimación cardiorrespiratoria, más conocida como RCP, en su definición más académica indica que es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas intencionadamente destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene súbitamente, independientemente de la causa de la parada cardiorrespiratoria. Con esta maniobra de RCP se restablece la circulación sanguínea. La maniobra de RCP es uno de los eslabones importantes de la cadena de supervivencia.
La historia de este procedimiento no es nueva, se remonta a 1775 cuando ya se realizaba insuflación artificial por la boca para evitar la entrada de aire al esófago. Más adelante, a finales de los años 50, se desarrolló el llamado "boca a boca". En 1960 William B. Kouwenhoven, Guy Knickerbocker y Jim Jude describieron las ventajas de la compresión torácica para provocar la circulación artificial y se estableció el protocolo de la RCP.
En 2000 se abandonó el término "masaje cardíaco" por "compresiones torácicas". Además, en la actualidad, los ritmos de las compresiones se han unificado a 100 por minuto, realizándose siempre independientemente de la edad de la víctima, a excepción de los casos correspondientes a bebés, cuando se realizan dos respiraciones iniciales.
Consejos de especialistas sobre la maniobra de RCP
En palabra de Paloma González, especialista en Medicina Intensiva del Hospital Infanta Sofía de Madrid:
"Por cada minuto que el paciente está en parada cardiorrespiratoria sin maniobras de resucitación, las posibilidades de supervivencia se reducen un 10%. Y no se trata solo de salvar vidas: una RCP bien efectuada reduce considerablemente las secuelas neurológicas que podría tener una parada cardiorrespiratoria."
¿Cuándo debe realizarse la maniobra RCP?
De este modo, la reanimación cardiopulmonar debe practicarse sobre toda persona en parada cardiorrespiratoria, cuyos síntomas son:
- No responde: la persona no se mueve espontáneamente, no reacciona ni al tacto ni a la voz
- No respira: no se observa ningún movimiento respiratorio.
Una vez comprobado el estado de la persona se actúa sobre los siguientes pasos:
1. Coloca a la victima en posición de reanimación y pide ayuda
Boca arriba con brazos y piernas alineados sobre una superficie rígida y con el tórax al descubierto.
2. Abre la vía aérea (maniobra frente-mentón)
Coloca una mano sobre la frente y con la otra tira del mentón hacia arriba, para evitar que la lengua impida el paso del aire a los pulmones.
3. Comprueba si respira con la vía aérea abierta
Comprueba si la víctima respira normalmente manteniendo la vía aérea abierta: Ver, oír, sentir durante no más de 10 segundos. Aquí puede pasar 2 cosas:
- Si la víctima respira: Colócala en posición lateral de seguridad (PLS), llama a 112 o busca ayuda, comprueba periódicamente que sigue respirando.
- Si la víctima no respira: pide ayuda, llama al 112 o pide a alguien que lo haga e inicia 30 compresiones torácicas en el centro del pecho.
En ambos casos llama al teléfono de emergencia 112.
4. Insufla (boca a boca) y asegurate de que se dilatan los pulmones
Realiza 2 insuflaciones con la vía aérea abierta (frente-mentón) y la nariz tapada. Si el aire no pasa en la primera insuflación, asegúrate de estar haciendo bien la maniobra frente-mentón y realiza la segunda insuflación, entre o no entre aire.
5. Alterna el boca a boca con compresiones
Alterna compresiones – insuflaciones en una secuencia 30/2 (30 compresiones y 2 insuflaciones) a un ritmo de 100 compresiones por minuto. Para hacerlo correctamente, debes hacer lo siguiente:
- Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la persona.
- Coloca la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, en el esternón.
- Coloca la otra mano sobre la anterior. Mantén los codos derechos y posiciona los hombros directamente arriba de las manos.
- Usa el peso de la parte superior del cuerpo (no solo los brazos) para presionar (comprimir) el pecho con fuerza al menos unos 5 cm, pero no más de 6 cm. Presiona con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
- Si no estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, continúa haciendo las compresiones en el pecho hasta que notes signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.
La realización de RCP a un niño desde el primer año de edad hasta la pubertad es básicamente igual que para un adulto, la única diferencia residen en que en vez de utilizar las dos manos para comprimir se utilizaría una.
6. No interrumpas la maniobra RCP
No interrumpas hasta que la víctima inicie respiración espontánea, te agotes o llegue ayuda especializada.